Robata, el sushi sin gluten de mis sueños
Es de agradecer que actualmente existan varios restaurantes japoneses en Barcelona con carta específica para celíacos y con salsa de soja sin trigo, como es el caso de mis queridos Kibuka y buscar mujeres solteras santo domingo, pero, aunque todo está buenísimo, tienen limitaciones con los platos aptos al no tener tempura u otros ingredientes sin gluten.
No sé si os acordaréis pero hace años (tela me acabo de dar cuenta de que no hace poco que os suelto mis rollos de restaurantes) os hablé del carnet de sanidad lima citas en linea, un japonés en Barcelona donde adaptan todos sus platos para que los celíacos los podamos comer. ¡Incluyendo makis con rebozado! Pues bien, el caso es que después de un tiempo de no ir, no por falta de ganas sino porque está en una zona que no suelo frecuentar, vi en su Facebook que abrían un nuevo local llamado Robata y me faltó tiempo para ir a probarlo.
Tenía la excusa perfecta, la despedida de Itzi, mi compi celíaca del trabajo. Llenas de pena por su marcha, las chicas nos fuimos a este nuevo local de la calle Enric Granados y quedamos fascinadas.
Tiene poca luz, y esto le da un toque mágico, los camareros son de lo más simpáticos y el local es simplemente brutal. Está lleno de detalles, rincones, olores, sensaciones. La cocina es grande y está a la vista de todos, esto da mucha tranquilidad y alimenta mi parte cotilla.
Nos sentamos en una mesa al final del local, cosa que permitió que curioseáramos hasta el fondo, y en cuanto pasaron los primeros minutos ya les puse buena nota. Todos los platos de su carta eran aptos para celíacos, lo único que tienes que acordarte de avisar al camarero para que lo diga en cocina. Los únicos no aptos son las gyozas y los fideos. Y aquí el mega plus: señor@s míos tienen Estrella Galicia sin gluten. Ahora mismo de mis favoritas y complicada de encontrar en muchos locales.
La elección de platos era de lo más díficil, porque queríamos probarlo todo, así que cada una de nosotras asumió su parte de responsabilidad y tenía que elegir un plato. Después de pensar y pensar el resultado quedó así:
Edamame: Soy una gran fan de los edamame y estos son de los mejores que he probado hasta la fecha. Con un toque amantecado, justo en su punto. La prueba de que me gustaron está en que ni me dio tiempo a hacer la foto, de la emoción me los comí sin inmortalizarlos.
Secreto: Nos pedimos una brocheta para poderla probar. El secreto es una carne que me encanta, aunque esta era una muestra muy pequeña para poder saborear como merece.
Cherry & Bacon: Como la opción anterior. Muy buena, pero tal vez pedirla en un japonés no es necesario, aunque puede ser un buen capricho mientras esperar el sushi.
California, la opción de Isa: Un clásico perfeccionado. Muy bueno, la verdad. No era de los más sorprendentes pero no nos decepcionó.
King Salmon, la opción de Rosana: A Isa no le gusta el salmón pero al resto de la mesa nos apasionaba, así que nos pedimos esta delicia. Satisfizo a nuestros paladares salmoneros con un gran resultado.
Anticuchero, la opción de Itzi: De nuestros favoritos. Tenía un toque de especias increíble y el langostino estaba rebozado. Es la muestra perfecta de que a los celíacos nos tienen muuuuy en cuenta.
Nikkei, la opción de Dolors: Idem. También con tempura. Este era con un atún de una calidad suprema y con una salsa que le daba una textura muy cremosa.
Curry tuna tango, la opción de una servidora: Tengo que reconocer que el nombre fue el culpable de tan acertada decisión. Una mezcla de sabores de lo más bien coordinados.
Bad Boy, la opción de Eli: ¿Solomillo de buey y cebolla caramelizada en una pieza de sushi? Sí, y el resultado no podía ser más brillante. Gracias Eli por el voto de confianza.
Atún y foie caramelizado, un capricho extra que nos dimos: Buenísimo, aunque después de las maravillas anteriores no lograron que me saltara ninguna lágrima extra. Creo que se las llevó todas el Anticuchero.
Cheese Cake: Momentazo sin gluten. El cheese cake apto era magnífico, con una base de galleta y mermelada por encima. De hecho a las no celíacas les gustó más nuestra versión del famoso pastel de queso que la suya, que tenía base de bizcocho.
Todo este festín nos salió por 30€ cada una. No es barato, pero tampoco caro teniendo en cuenta la gran calidad del producto.
La cena fue perfecta, la compañía aún mejor. De camino a la puerta ya pensábamos cuando volveríamos para darle una oportunidad a todos los platos que se quedaron en nuestro pensamiento y todos aquellos platos dignos de un buen repeat.
¡Gracias Robata! Le ponéis el palillo y todo la gracia del mundo a los platos sin gluten. ¡Nos vemos pronto!
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